1. Requirements / Standards for Float Homes:
(a) A float home shall not be located other than within land designated in the [municipality name] zoning and developed bylaw as permitting Waterborne residential use.
(b) A float home shall contain not more than one dwelling unit, nor shall it exceed in height three stories.
(c) The floatation system shall be designed according to accepted marine engineering and architectural principles, and shall be approved by a qualified member of the Association of Marine Surveyors or the Professional Engineers Association of British Columbia.
(d) The floatation device shall be durable and not subject to deterioration by water, mechanical damage due to floating debris, electrolytic action, water-borne solvents, organic infestation or physical abuse, to the satisfaction of a marine surveyor or professional engineer.
(e) Where solid floatation devices are not used, an adequate portable bilge pump shall be maintained in proper working order and sounding pipes provided for each compartment. Material and construction to maintain a minimum of 12" of freeboard, and less than two inches of trim and list. Logs, untreated wood and exposed foam is not considered suitable.
(f) The overall buoyancy and stability of the floats and superstructure shall be sufficient (in the opinion of a marine surveyor) to accommodate local wind and water turbulence, moving and launching, wave action, tides, loads imposed by vessels and walkways moored to the structure, and snow loads, or the possibility of water flooding associated with fire fighting.
(g) The floatation system of a floating home shall be designed as an independent unit to work in conjunction with the superstructure and to provide overall stability of the float home.
Special Note: Positive floatation is required to qualify for a CMHC mortgage.
miércoles, 9 de mayo de 2007
viernes, 27 de abril de 2007
Casas flotantes para los caprichos de la naturaleza
por José Vergara
Desde Yakarta hasta las costas de Luisiana, las inundaciones preocupan cada vez más. Esto es especialmente cierto en las regiones con deltas, donde, como sucede en muchas de las grandes ciudades del mundo, se unen un río y el mar para provocar un doble riesgo.
En ningún lugar preocupa más este problema que en Holanda, donde la población ha vivido al borde del desastre durante siglos. Cerca de la cuarta parte del país es terreno robado al mar, y la mitad está situado a nivel del mar o por debaj o de éste.
La vulnerabilidad del país ante el creciente nivel de las aguas, atribuido en general al cambio climático, se mostró plenamente el pasado verano en la Bienal de Arquitectura de Rótterdam, titulada La inundación, que contenía propuestas para un estadio de fútbol flotante y casas construidas en riberas sintéticas flotantes, parecidas a esponjas capaces de absorber las inundaciones.
“Desde la Segunda Guerra Mundial, los holandeses han confiado en la tecnología para protegerse de los ríos y del mar”, comenta Adriaan Geuze, paisajista y comisario de la bienal. “Estamos convencidos de que no es una forma inteligente de enfrentarse a la realidad, y tres meses después de la bienal, Katrina nos dio la razón”.
Para los holandeses, como para todos los demás, no parece haber soluciones sencillas; sólo costosas, como abandonar el terreno vulnerable. Por primera vez en su larga historia, Holanda ha empezado a retirarse estratégicamente; el año pasado, el Gobierno, iniciando un programa de 15 años, empezó a comprar terreno y reservarlo como llanura de inundación, principalmente a lo largo de los ríos. Los holandeses exploran ahora una solución tan antigua como la primera inundación: la arquitectura flotante. La idea está todavía en sus primeras fases, sólo se han construido unas cuantas casas y se están levantando algunas urbanizaciones, pero ya ha llamado la atención de los principales diseñadores holandeses y de algunos promotores urbanísticos.
En la ciudad de Aalsmeer, al sureste, un área gravemente dañada por las inundaciones de 1953, Sjef Snel y su mujer, Agnes, se mudaron a su casa flotante hace poco más de un año. Lo mejor, dice Snel, de 45 años, es que ya no le preocupan las inundaciones. “Me siento completamente seguro”, declara.
La casa la diseñó Agnes Snel en colaboración con Koen Olthuis, un joven arquitecto holandés que se ha convertido en el principal defensor de los edificios flotantes. Su pequeño estudio, llamado Waterstudio, se dedica exclusivamente a esos proyectos.
“La mayoría de ellos se encuentran en la primera fase”, dice Olthuis desde su despacho en Rij swijk, ‘’ya que aprovechar el agua, en lugar de simplemente defenderse de ella, es una idea nueva”.
Dura Vermeer, uno de los principales constructores del país, también está experimentando con estructuras flotantes. Ha creado una comunidad de 48 viviendas anfibias en Maasbommel, a orillas del río Maas. Estas casas de 65 metros cuadrados y llamativos colores, diseñadas por Factor Architecten, un estudio grande de Ámsterdam, están situadas en un antiguo aparcamiento de un área de recreo. “No son casas flotantes”, explica Ger Kengen, de Factor. “Hay que diseñarlo todo como si estuviera en el suelo, aunque situado a una altura de tres metros”.
Chris Zevenbergen, director de urbanización empresarial en Dura Vermeer, dice que el estudio “decidió hace cinco años tomar el agua como uno de los objetivos estratégicos”. El estudio Dura Vermeer está diseñando también una “ciudad flotante” para 12.000 personas junto al aeropuerto de Schiphol, cerca de Ámsterdam. El diseño costará más de un millón de euros, del que el Estado pagará eI 45%.
El objetivo es una ciudad que pueda convivir con la inundación, no sólo protegerse de ella, mediante una serie de estructuras flotantes y un extenso sistema de almacenamiento del agua de lluvia, entre otros medios.
Se trata de un reto tanto estético como comercial, señala Herman Hertzberger, que a sus 73 años es considerado por muchos un respetado abuelo de la arquitectura holandesa. Nadie sabe cuál debería ser el aspecto de una casa flotante, dice, o cómo debería funcionar. Hertzberger ofreció hace varios años diversas posibilidades en el diseño de una casa que da vueltas sobre una base de flotadores de acero que la giran “hacia el sol o para apartarla del vecino”, dice.
La casa se encuentra en Middelburg, la capital de Zeeland, el área más golpeada por la inundación de 1953, en la que murieron 1.800 personas. El prototipo, ahora propiedad del arquitecto Don Monfils y su esposa, Lidia Filius, sirvió para que un constructor holandés encargara la creación de dos grupos de casas flotantes, cada una sobre enormes cimientos de hormigón, en la misma zona. Según Hertzberger, habrá unas 20 casas.
Pero aún está por ver cómo evolucionará la forma de las casas flotantes. “El problema que tengo es que no he visto muy buenos ejemplos de arquitectura flotante contemporánea”, comenta Aaron Bettsky, director del Instituto de Arquitectura Holandés en Rótterdam. “¿En qué se diferencia una casa flotante de un barco?”.
Algunos arquitectos siguen mostrándose escépticos respecto a la viabilidad a gran escala de estas casas.
Art Zaaijer diseñó seis para una urbanización situada a las orillas de un lago en Ij burg, a las afueras de Ámsterdam. Son anfibias, y dado que se asientan en una reserva natural, están diseñadas para no contaminar.
Fuente: Peter Edidin - [New York Times]
FUENTE:http://www.riverhomemagazine.com.ar/marcoyedit.htm
por José Vergara
Desde Yakarta hasta las costas de Luisiana, las inundaciones preocupan cada vez más. Esto es especialmente cierto en las regiones con deltas, donde, como sucede en muchas de las grandes ciudades del mundo, se unen un río y el mar para provocar un doble riesgo.
En ningún lugar preocupa más este problema que en Holanda, donde la población ha vivido al borde del desastre durante siglos. Cerca de la cuarta parte del país es terreno robado al mar, y la mitad está situado a nivel del mar o por debaj o de éste.
La vulnerabilidad del país ante el creciente nivel de las aguas, atribuido en general al cambio climático, se mostró plenamente el pasado verano en la Bienal de Arquitectura de Rótterdam, titulada La inundación, que contenía propuestas para un estadio de fútbol flotante y casas construidas en riberas sintéticas flotantes, parecidas a esponjas capaces de absorber las inundaciones.
“Desde la Segunda Guerra Mundial, los holandeses han confiado en la tecnología para protegerse de los ríos y del mar”, comenta Adriaan Geuze, paisajista y comisario de la bienal. “Estamos convencidos de que no es una forma inteligente de enfrentarse a la realidad, y tres meses después de la bienal, Katrina nos dio la razón”.
Para los holandeses, como para todos los demás, no parece haber soluciones sencillas; sólo costosas, como abandonar el terreno vulnerable. Por primera vez en su larga historia, Holanda ha empezado a retirarse estratégicamente; el año pasado, el Gobierno, iniciando un programa de 15 años, empezó a comprar terreno y reservarlo como llanura de inundación, principalmente a lo largo de los ríos. Los holandeses exploran ahora una solución tan antigua como la primera inundación: la arquitectura flotante. La idea está todavía en sus primeras fases, sólo se han construido unas cuantas casas y se están levantando algunas urbanizaciones, pero ya ha llamado la atención de los principales diseñadores holandeses y de algunos promotores urbanísticos.
En la ciudad de Aalsmeer, al sureste, un área gravemente dañada por las inundaciones de 1953, Sjef Snel y su mujer, Agnes, se mudaron a su casa flotante hace poco más de un año. Lo mejor, dice Snel, de 45 años, es que ya no le preocupan las inundaciones. “Me siento completamente seguro”, declara.
La casa la diseñó Agnes Snel en colaboración con Koen Olthuis, un joven arquitecto holandés que se ha convertido en el principal defensor de los edificios flotantes. Su pequeño estudio, llamado Waterstudio, se dedica exclusivamente a esos proyectos.
“La mayoría de ellos se encuentran en la primera fase”, dice Olthuis desde su despacho en Rij swijk, ‘’ya que aprovechar el agua, en lugar de simplemente defenderse de ella, es una idea nueva”.
Dura Vermeer, uno de los principales constructores del país, también está experimentando con estructuras flotantes. Ha creado una comunidad de 48 viviendas anfibias en Maasbommel, a orillas del río Maas. Estas casas de 65 metros cuadrados y llamativos colores, diseñadas por Factor Architecten, un estudio grande de Ámsterdam, están situadas en un antiguo aparcamiento de un área de recreo. “No son casas flotantes”, explica Ger Kengen, de Factor. “Hay que diseñarlo todo como si estuviera en el suelo, aunque situado a una altura de tres metros”.
Chris Zevenbergen, director de urbanización empresarial en Dura Vermeer, dice que el estudio “decidió hace cinco años tomar el agua como uno de los objetivos estratégicos”. El estudio Dura Vermeer está diseñando también una “ciudad flotante” para 12.000 personas junto al aeropuerto de Schiphol, cerca de Ámsterdam. El diseño costará más de un millón de euros, del que el Estado pagará eI 45%.
El objetivo es una ciudad que pueda convivir con la inundación, no sólo protegerse de ella, mediante una serie de estructuras flotantes y un extenso sistema de almacenamiento del agua de lluvia, entre otros medios.
Se trata de un reto tanto estético como comercial, señala Herman Hertzberger, que a sus 73 años es considerado por muchos un respetado abuelo de la arquitectura holandesa. Nadie sabe cuál debería ser el aspecto de una casa flotante, dice, o cómo debería funcionar. Hertzberger ofreció hace varios años diversas posibilidades en el diseño de una casa que da vueltas sobre una base de flotadores de acero que la giran “hacia el sol o para apartarla del vecino”, dice.
La casa se encuentra en Middelburg, la capital de Zeeland, el área más golpeada por la inundación de 1953, en la que murieron 1.800 personas. El prototipo, ahora propiedad del arquitecto Don Monfils y su esposa, Lidia Filius, sirvió para que un constructor holandés encargara la creación de dos grupos de casas flotantes, cada una sobre enormes cimientos de hormigón, en la misma zona. Según Hertzberger, habrá unas 20 casas.
Pero aún está por ver cómo evolucionará la forma de las casas flotantes. “El problema que tengo es que no he visto muy buenos ejemplos de arquitectura flotante contemporánea”, comenta Aaron Bettsky, director del Instituto de Arquitectura Holandés en Rótterdam. “¿En qué se diferencia una casa flotante de un barco?”.
Algunos arquitectos siguen mostrándose escépticos respecto a la viabilidad a gran escala de estas casas.
Art Zaaijer diseñó seis para una urbanización situada a las orillas de un lago en Ij burg, a las afueras de Ámsterdam. Son anfibias, y dado que se asientan en una reserva natural, están diseñadas para no contaminar.
Fuente: Peter Edidin - [New York Times]
FUENTE:http://www.riverhomemagazine.com.ar/marcoyedit.htm
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